Por María Tapizquent
La energía es definida por la Real Academia Española como la «virtud para obrar». Desde la física, es la «capacidad para realizar un trabajo» y visto desde ambas perspectivas, la energía está implicada a la acción, el movimiento, los cambios los procesos…
Considerando lo anterior, la vida es un proceso energético; por tanto implica acción, movimiento, cambios que nos llevan desde un estado inicial a uno final. En lo biológico (tangible), los cambios son evidentes, vamos del embrión al cadaver; pero en lo energético y espiritual (intangible) la vida transcurre de forma natural hacia el crecimiento y la evolución siempre que el ser reconozca y permita su expresión instintiva que (por sentido común) camina hacia el bienestar físico, mental y espiritual.
La vida en su complejidad es capaz de manifestar distintos tipos de energía (cinética, potencial, térmica, electromagnética, electroquímica, lumínica…). Pero de todas estas, la energía bioescalar es la que hoy llama mi atención.
La energía bioeacalar es la energía estacionaria que resulta de la cancelación de dos ondas electromagneticas (y aunque tiene frecuencia cero), la renombrada Científico Valerie Hunt la asocia al Chi, Ki o fuerza vital a la que hacen referencia las culturas antiguas.
Descubierta por Nicola Tesla; se define como fuerza por expansión; y debido a su naturaleza, no se puede almacenar sino que es activada y enfocada por la mente (o algunos aparatos). Su incidencia ha demostrado efectos positivos en algunos procesos fisiológicos como la circulación o en el restablecimiento del sistema inmunológico.
Debido a su relación con la energía electromagnética (propia de la organización de los átomos de la materia) Beardon cree que la energía escalar reside en el núcleo del átomo y es un repositorio de información.
Por otra parte, Valerie Hunt afirma que esta energía es la encargada de los procesos de sanación y auto-sanación, por tanto, es manejada de muy buena manera por los terapeutas que trabajan con Reiki, sanación Pránica o curaciones espirituales…
Sin duda la trascendencia que tiene conocer la naturaleza energética intrínsecamente vinculada a la vida nos ayuda a tomar consciencia del potencial infinito que tenemos en esta experiencia material, en nuestra mente está la capacidad de sanarnos y sanar a los demás; así como de manifestar un sinfín de expresiones sobrenaturales propias del manejo de la energía, y del conocimiento de nuestra vinculación con lo que Valerie Hunt denomina «El Campo».
Ya para concluir, es importante aclarar que aunque el nombre de «energía bioescalar» es reciente, el manejo de ésta desde la antigüedad nos deja ver la sabiduría ancestral que despojada de prejuicios reconoce su naturaleza integrada con Consciencia Divina, La Fuente, El Campo o El Universo.
Consciencia Plena 