Saliendo de la desconexión

Es probable que en este momento usted considere que está consciente de lo que acontece. Pero… ¿Sabía que algunos estudios revelan que estamos desconectados de lo que hacemos durante aproximadamente el 46% de nuestro tiempo de vigilia?

Entonces ¿Quién (o qué) controla nuestras vidas?

Es interesante saber que casi la mitad de nuestro tiempo, estamos desconectados de lo que pasa, ya que en el ajetreo del día a día, la ansiedad y/o melancolía reiterativa asumen el control de nuestra mente, dejándo nuestras vidas en manos del «piloto automático» (nuestro inconsciente)

Y así pasan los días, mientras que se va menguando nuestra luz, ahogándose entre quehaceres sin sentido; lo que hace mella en nuestra fisiología ya que: refuerza el funcionamiento de estructuras cerebrales asociadas al miedo y a la apatía, acorta nuestros telómeros, degrada nuestros tejidos a causa de una acción endocrina alterada, etc…

Sin duda, la desconexión resta sentido, calidad y propósito a la vida; pero ¿Cómo salir de ese estado alterado?

La respuesta a esta interrogante es simple pero compleja, ya que empieza por un deseo profundo de cambio, pero luego se involucra el propósito firme de asumir un estilo de vida en el que se observannlos hechos de forma omnisciente mientras que se van desarrollando las experiencias. Todo lo anterior, cuando se acompaña de actividades contemplativas lleva a la repercepción y en consecuencia modifica la motivación que dió inicio al proceso.

Ciertamente, salir del piloto automático es un proceso que requiere valor y compromiso pero también aporta un profundo sentido a la existencia.

María Tapizquent