La primera vez que vino a mi mente este tema, recibí esas palabras como una Epifanía creativa, que llegó oportunamente en el momento que un grupo de amigos y yo queríamos dar nombre a un taller.
Luego del nombre; cada uno desde su enfoque ofreció aportes relacionados a los contenidos, desde el ánimo de ofrecer una experiencia liberadora para los asistentes. Posteriormente, cada uno asumió el compromiso de ahondar en sus habilidades y conocimientos para alcanzar tal empresa.
Hoy, luego de haber cumplido con el compromiso de leer y analizar, confieso que apenas logro vislumbrar la trascendencia e implicaciones que trae consigo el término «Consciencia emocional». Ya que, hace referencia al conocimiento amplio de nuestras emociones desde lo fisiológico a lo sociólogo pasando por lo psicológico y (hasta) espiritual.
No obstante, el propósito de este escrito es brindar unas píldoras de lo que he podido concluir y en ese sentido vienen las siguientes líneas.
Lo primero que quiero manifestar, es que las emociones son la señal clara y fehaciente de que estamos vivos; es energía que fluye desde nuestro ser y se expresa en nuestro cuerpo con lágrimas, risas o contracción muscular.
Luego, las emociones (como parte natural de la vida) nos ayudan a alinearnos con nuestro ser; desde el pensamiento hasta la acción. Por tanto, todo lo que manifestamos tiene un vínculo emocional con nosotros; y lo que no manifestamos también.
Por último, las emociones nos brindan identidad; pues crean en nuestros cerebros un perfil neuronal único que nos hace responder a los estímulos de una forma particular (que nos hace ser nosotros en esta expresión humana)
Ahora bien, el mundo emocional involucra muchos otros aspectos; complejos y profundos, dignos de ser descubiertos, vividos y experimentados; pues sin duda alguna nos ayudan a vincularnos con nosotros y con los otros en la grata experiencia del aquí y ahora.
Consciencia Plena 